Hasta siempre, coworkers

Cada viaje tiene un final, ese momento en el que cierras la maleta, te despides de todo y de todos y emprendes tu camino. En Coworking Gràcia os hemos dicho adiós muchas veces pero ahora ha llegado el momento de despedirnos nosotros. De cerrar un espacio que ha formado parte de nuestra historia personal en los últimos 10 años. Aquí hemos podido convertir nuestros sueños en proyectos, hemos aprendido a creer en el potencial de nuestras ideas y hemos comprobado que es más fácil crecer cuando te rodeas de gente tan apasionada como tú. Y es que, sin la calidez humana que se respira aquí hubiese sido muy complicado sacar adelante cualquier emprendimiento. Una energía mágica que, sin duda, ha tenido un origen por lo que aprovechamos estas líneas para escribir negro sobre blanco y negrita: Gracias, María.

Porque más que despachos, Coworking Gràcia nos ha ofrecido un punto de encuentro y crecimiento profesional, no podríamos irnos de aquí sin reconocer aquellas jornadas espontáneas de networking al calor de un café, esas comidas en las que saltaban ideas inesperadas para nuevos negocios, las miles de gestiones solucionadas por el incansable Dani o las incontables conversaciones que nos permitieron sobrellevar con más energía esta aventura del emprendimiento, siempre llena de emociones y altibajos.

Quienes hemos hecho de Coworking Gràcia nuestra casa hemos compartido aquí experiencias inolvidables como clases de yoga, talleres de fotografía, formación sobre gestión del tiempo y, por supuesto, sesiones Do it yourself en las que aprendimos a ser nuestros propios contables, gestores y community managers. Dentro y fuera de las oficinas formamos un gran equipo y, tanto podíamos quedar para un karaoke, como citarnos en un evento para emprendedores.

Han pasado tantas y tantas cosas a lo largo de estos años que solo nos queda agradecer vuestra confianza y cariño a todos y cada uno de los que habéis hecho de esta una gran familia a partir de la idea que María y Dani trajeron consigo desde Galicia hace unos años. No nos gustan las despedidas porque estamos seguros de que, como sucede en todos los grandes viajes de la vida, probablemente nos volvamos a encontrar en un nuevo camino. ¡Nos vemos en el Whatsapp! ¡Y en la calle!